¡Valoremos la Santa Confesión!
Archimandrita Joanicio Balán
Gracias a la Confesión volvemos a la vida, nos llenamos de un fuerte anhelo de vivir y nuestra existencia se llena de gozo. ¡De la Confesión depende nuestra salvación o nuestra condenación!
El padre Antimo decía: “¡Valoremos la Santa Confesión! Por medio de la Confesión se salva la familia, las almas se libran de ir al infierno y nos reconciliamos con Dios antes de presentarnos ante el Juez. Gracias a la Confesión volvemos a la vida, nos llenamos de un fuerte anhelo de vivir y nuestra existencia se llena de gozo. ¡De la Confesión depende nuestra salvación o nuestra condenación!”.
Les contaré algo más del padre Antimo, a quien conocí cuando vivía en el Monasterio Secu, siendo ya un venerable anciano. Tenía un hábito extraordinario: muchos me contaron que no dormía en su lecho, sino a un lado de este, de rodillas sobre el suelo, después de hacer sus postraciones. De hecho, su cama era una simple tabla de madera envuelta en trozos de papel de saco de cemento, y revestida con unas tiras de cáñamo. Una vez le visité en su celda.
Cuando alguien entraba a visitarle, primero había que hacer una oración. Los fieles se arrodillaban y el padre oraba ante los íconos. Después, decía: “¡Bienvenidos, hermanos!”. Cuando algo le perturbaba, no entraba en su celda hasta que no oraba para que Dios le perdonara y volviera a tranquilizarse. ¿Y qué creen que hacía? Caminaba alrededor de la celda. Nadie sabía qué sacrificio estaba haciendo, pero él oraba en silencio. Le pedía al Señor que le ayudara a olvidar los pecados que había escuchado ese día como confesor. Caminaba alrededor de su celda hasta olvidar todo, hasta que consideraba que la oración había alejado toda esa tristeza de su corazón. Sólo entonces entraba nuevamente.
Fuente: doxología.org
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