Sobre la “Oración de Jesús” y otros consejos para el creyente
Los cristianos, dondequiera que se encuentren y hagan lo que hagan, deben repetir con su mente la “Oración de Jesús”. En la medida de nuestra perseverancia, la Gracia de Dios descenderá a nuestros corazones.
Actualmente, cuando el tiempo parece pasar tan rápidamente y las personas hacen todo deprisa, de tal forma que apenas les quedan energías para abrir el libro de oraciones, la mejor arma contra el enemigo es la “Oración de Jesús”: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”. Esta oración ha sido y es el muro protector de la Iglesia y de todos los cristianos. Porque cada cristiano es una iglesia, cada familia es una iglesia, cada escuela puede ser una pequeña iglesia… Esta oración tiene el poder de concentrar la mente en seguida, para que puedas ensimismarte y llamar desde el fondo de tu corazón a Dios. La “Oración de Jesús” no debe ser practicada solamente por los monjes: se trata de una oración que todos los cristianos deben pronunciar. En ella se cimentó, durante siglos enteros, la vida de la Iglesia, porque tiene la fuerza para desvanecer las pasiones que hay enraizadas en nuestro corazón. Mucho tiempo atrás, la vida de los cristianos no era tan distinta a la de los monjes; fue entonces cuando San Basilio el Grande llevó el monaquismo a la ciudad, para que sirviera a todos los cristianos en sus necesidades materiales y espirituales. Por eso, los cristianos, dondequiera que se encuentren y hagan lo que hagan, deben repetir con su mente la “Oración de Jesús”. Y, en la medida de nuestra perseverancia, la Gracia de Dios descenderá a nuestros corazones.
¿Por qué la gente ya no lee libros religiosos, a pesar de ser actualmente tan accesibles?
—Dios nos pedirá cuentas por esta negligencia. Y no podemos justificar nuestra ignorancia, cuando, al atravesar algún problema, terminamos alejándonos de Él. No existe el “no sabía”; lo que existe es el “no quise saber”. Porque hay un sinfín textos de los Santos Padres en los que podrías encontrar la solución al trance que estás enfrentando. Nos quejamos de que ya no hay guías espirituales y padres con discernimiento, pero no nos damos cuenta de que ellos aún viven, por medio de sus textos y libros, esos que no nos interesa leer. Llegará el momento en que ni siquiera la Biblia podremos leer, y entonces comenzaremos a suspirar por una sola palabra de la Escritura… pero ya no será posible encontrarla.
Por eso, hoy que aún podemos hacerlo, leamos las vidas de los Santos Padres, antes de que lleguen los tiempos en los que ni siquiera eso será posible. Que las mamás les lean a sus hijos al menos un capítulo diario de la Santa Escritura. Que no nos falte esa lectura, porque en ella se encierra la vida eterna.
Archimandrita Justin Parvu
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