—El pecado hace cobardes de personas. Por lo tanto, es esencial encontrar las fuerzas para arrepentirse — dice Obispo Ortodoxo
El propósito de ayunar es matar el pecado que vive dentro de una persona.
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Antes de Gran Cuaresma, la Iglesia alienta a los fieles a pensar en los eventos de la expulsión de Adán de Paraíso por una razón porque nos conciernen a todos nosotros, dijo Su Beatitud Metropolitano Onuphry de Kiev y Toda Ucrania ayer según reportea el Departamento de información y educación de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania.
—Cada persona debe darse cuenta de su inferioridad sin DIos y perdonar a sus prójimos, y pedirles perdón en persona. Sin esto, un Cristiano no vendrá a arrepentimiento. Y arrepentimiento es exactamente el propósito principal de ayunar.— dijo el Primado de la Iglesia Ortodoxa Ucrania.
—El pecado hace de la gente cobardes,— notó el metropolitano. Por esto Adán y Eva no se dieron cuenta de inmediato de su caída y empezaron a justificarse en lugar de pedir perdón a Dios.
—Ni Adán ni Eva dijeron estas palabras: —¡Señor, perdóname!— Por falta de arrepentimiento, una tragedia ocurrió para la humanidad: personas ya no podían vivir en Paraíso,— dijo su Beatitud Metropolitano Onuphry.
Fuera de Paraíso, personas empezaron a sentir su distancia de Dios y su debilidad sin Dios. —Esto era el comienzo de arrepentimiento,— añadió el metropolitano.
—Los Santos Padres dicen que por quebrar el ayuno hemos perdido Paraíso; por observancia del ayuno llegamos a Paraíso por nosotros mismos. Para ayunar en la manera correcta, tenemos que estar reconciliados entre nosotros mismos. El propósito de ayunar no es destrozar a nosotros mismos, sino destrozar el pecado que vive dentro de nosotros,— dijo Su Beatitud Metropolitano Onuphry.
Si una persona no puede perdonar a su prójimo, no recibirá la remisión de sus pecados. —Si no puedo perdonar a mi prójimo, entonces no puedo recibir el perdón de Dios,— explicó Su Beatitud Metropolitano Onuphry.
El metropolitano animó a los presentes a esforzarse a perdonar a sus prójimos: —Aun si tu corazón esta en contra de hacerlo, aun necesitas pronunciar las palabras de perdón con tus labios, y entonces decirlo con tu corazón: —Señor, sabes, quiero perdonar, pero ves lo estropeado que soy por pecado, que mi corazón no lo permite. Perdóname, Señor, enseña mi corazón para que pueda perdonar a otros.— Así debemos luchar contra nuestro enojo.—
Obviamente, uno no puede vencer su enojo en un día, pero tiene que hacer cada esfuerzo: —Una persona quien hace un esfuerzo, seguramente expulsará la maldad de su alma,— dijo Su Beatitud Onuphry.
Fuente: russian-faith.com
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