Celebración de la Gran Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María en la parroquia de San Nicolás de Serbia, Santiago, Chile.

Durante la víspera de la festividad, en día jueves por la noche, el rector de la parroquia, el reverendo padre Dusan Mihhajlovic, realizó el oficio de la Vigilia de Toda la Noche en su iglesia doméstica.

En la mañana del viernes 28 de agosto, en la Iglesia de la Natividad del Santísima Virgen María (Patriarcado de Antioquía), el Padre Dusan sirvió la Divina Liturgia Festiva. Como es tradicional dentro de la costumbre de la iglesia rusa, antes del comienzo del oficio central, se relizó la procesión con el sudario de la Santísima Madre de Dios. Este hermoso icono, con la imagen de la difunta Virgen María fue un generoso regalo a nuestra comunidad, por parte de la familia Kanashin, feligreses que, desde hace un tiempo ya no se encuentran en Chile. El traslado de la Sábana Santa de la Santísima Theotokos hacia el lugar de su tumba, causó una gran impresión en los reunidos en el templo, especialmente en nuestros fieles chilenos.

Después de la lectura del Santo Evangelio, padre Dusan pronunció un sermón en el que se refirió sobre los momentos más importantes en la vida de la Santísima Virgen María y los santos apóstoles, desde el momento de la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo hasta la Asunción de la Madre de Dios. También enfatizó la enorme importancia de esta fiesta número doce y última dentro del calendario litúrgico, para toda la ortodoxia. Por ejemplo, el templo más significativo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se encuentra dentro de las paredes del Kremlin de Moscú, y está dedicado a la fiesta de la Asunción del Santísima Theotokos.

Antes de la comunión, con la bendición del Padre Dusan, el subdiácono Eduardo Medel leyó en castellano para todos los presentes una carta llamada, “Epístola del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa al episcopado, al clero, a los monjes y laicos en relación con una dañina epidemia que ha encontrado este año”.

Después de la liturgia, todos se reunieron para una foto unidos en el atril con el ícono de la fiesta, bellamente decorado con flores, y luego el rector y los feligreses continuaron su diálogo y relación en un ambiente fraterno, alegre y festivo en el salón de la iglesia durante un modesto almuerzo.

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